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Al revés de la noche

El antiprincipito, reunión secreta es un hecho artístico que propone la visualización de un libro cuyo nombre es El antiprincipito. Es un permiso a una forma de ver y sentir la literatura y un intento de ver el mundo de otra manera. Una obra que llega en capítulos, dibujos animados que resumen lo que ya se vio y la curiosidad como motor de lo que vendrá.
El antiprincipito 
 
 
 
Antiprincipito es en principio, una novela por entregas, que plantea una forma de encuentro entre las criaturas donde prevalece la imaginación, la alegría y la comunicación. Foto - Inés Lauge
“Antiprincipito propone una contemplación animal del mundo, no en el sentido de lo voraz, lo salvaje o lo violento, sino una mirada desde la perplejidad, la ternura y la interrogación sin odio a la naturaleza y sin filtros hacia el hecho social humano, representado por la ciudad. Un viaje, al revés de la noche, abajo del asfalto, más allá del tiempo de la arena”. Introducción a un hecho artístico, idea totalizadora o primera aproximación a un libro que es obra. Todo junto, sí necesita una explicación.

Es por eso que Germán Amato, diseñador y escritor está sentado frente a una taza de chocolate tratando de resumir muchos años de trabajo, muchas ideas juntas y un único proyecto que vuelve a la escena una y otra vez, en partes, antes de llegar al todo.

Germán es el autor del libro El antiprincipito, una novela que se escribió hace 16 años. “Fue mi alumbramiento como escritor, yo vengo del palo de la historieta. Arrancó de un dibujo que hice y un amigo lo vio y me dijo, ¿Qué es esto? ¿Qué hiciste? Y tanto me resonó que pensé que algo se podía hacer con eso, con ese concepto.

Fue el comienzo. “Empecé a trabajar una idea que apareció en un diálogo entre un personaje indefinido, que derivó siendo una rata, y un príncipe. Eso armó una novela”, introduce.

Fueron cien páginas, una idea y un principio que terminó siendo editado y guardado. Después pasaron diez años de taller, un aprendizaje que define como un laboratorio autodidacta, producto de la lectura y el ejercicio constante que lo llevaron a escribir y publicar cuatro nuevas obras: Hermano, Paco Urondo; Tango firmeza; Augurio de sol y El monstruo. “Ah casi me olvido –se autointerrumpe-, más una obra de teatro.” 

Pero fue la vuelta a ese libro, como él mismo lo define, “lo que me enseñó a escribir con mi tono, con mi registro, aplicando todo lo que había aprendido en ese tiempo de laboratorio”.

Habían pasado diez años pero el proyecto, lejos de caer en el olvido, esperaba en un arcón lleno de anotaciones. “Ahí fui poniendo, los dibujos y todas las situaciones que me remitían al Antiprincipito. Un personaje, una situación, y algo que no sabía adónde iba y por las dudas lo ponía”.

Sin la intención de hacerlo crecer en libro aumentaba adquiriendo páginas que aún no le pertenecían. “En el 2004 lo retomé y armé lo que hoy es el Antiprincipito” aclara con la felicidad de una tarea que le es propia por prepotencia.
Cuando Germán habla de su obra lo hace con el cariño a una mascota que está a su lado hace mucho tiempo. Es por eso que es tan sencillo escucharlo.

Él no está contando, lo siente. Y tal vez por eso, la obra saltó del libro a la escena luego de pasar por diferentes ediciones.

Antes de llegar al Teatro Catalinas Sur, El Antiprincipito fue libro, fascículos y charlas con amigos. Tal vez ahí nació la idea, tal vez el fuego, como eterna imagen de la transformación, fue lo que gestó una idea que llegó a la realidad.

“Ahora estamos presentando la primera parte de lo que quedó de la nueva historia. Ya estrenamos los primeros cinco de los siete capítulos que tiene el libro”.

Lo que se va a ver en Catalinas Sur el sábado 16 son los capítulos tres, cuatro y cinco. Y el martes 19 el capítulo seis; el siete, llegará en diciembre.

El antiprincipito es una representación de lo que está escrito, es el regreso a la literatura narrada que no puede quedarse en la palabra y que tuvo que sumar otras disciplinas.

“Así nació, era ir contando en cada encuentro un capítulo en vivo y en directo para ver qué pasaba. En la adaptación al teatro, hay partes que funcionan tal cual como en el libro y otra que necesitaron una adaptación”. El resultado, una experiencia visual y auditiva que incluye distintos lenguajes –danza, dibujos animados, música en canciones que narran escenas y música como nexo de la actuación y claro actuación pura- todo unido, pero Germán lo aclara “no es una suma de partes, es un gran todo”.

El antiprincipito es la historia de un hombre de cuidad que llega a un submundo (la cloaca) y ahí se topa con un grupo de seres del lugar -ratas, murciélago e iguanas, entre otros- que quieren llegar a la ciudad, mientras que él va a quedarse, asegura “que está aburrido hasta los músculos de todo el clima urbano.” 

Basta de palabras, tiempo de obra: “Así empieza el cuaderno naranja del príncipe… me lo dio una vez que nació la confianza. Es un poema. La primera vez que lo escuché, lo recitó de memoria en este mismo lugar de la cloaca, la entrada que da a la laguna.”

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